5 pasos para reposicionar una marca

Reposicionar una marca en un mismo mercado: ¿cómo se hace?

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Cuando un brand que ha triunfado es “olvidado” por el consumidor, sin duda alguna es imprescindible reposicionar la marca para que vuelva a tener relevancia. En realidad, no hace falta esperar a que llegue justo el momento de crisis para ello sino que el mejor momento para un reposicionamiento efectivo es en el momento de madurez del producto.

Es esta una lucha continua contra el olvido que muchas veces se basa en la aparición de nuevas tendencias, hábitos de consumo o tecnologías. ¿Cómo hacerlo de manera efectiva en 5 pasos? Veamos.

Las regla de las tres C’s para reposicionar la marca

Las tres C’s están por: Compañía, competencia y clientes. Hay que tener en cuenta muy bien estos tres aspectos a la hora de diseñar el reposicionamiento de nuestra marca. Para lograrlo podemos hacer todo tipo de entrevistas y análisis de mercado así podemos comprobar cómo se adaptan la competencia o los clientes a la nueva situación.

Solo a partir de la información recopilada de las tres C’s seremos capaces de reposicionar la marca y diseñar una nueva estrategia alcanzable, diferenciada, y sobre todo competitiva y que sea válida a largo plazo, sin olvidar nunca los valores de nuestro Brand.

Establecer un buen plan de comunicación

Si bien sabemos que la comunicación es clave a la hora de vender nuestra marca y posicionarla por primera vez, lo volverá a ser para el reposicionamiento. Por lo tanto es importante desarrollar un plan de comunicación que no deje ningún aspecto al azar. Las estrategias de posicionamiento, marketing y comunicación se unirán, y tanto estos departamentos como las agencias externas que podamos contratar deberán trabajar codo a codo. El equipo es fundamental en este proceso.

Pero también otros departamentos como atención al cliente, el soporte técnico o las aplicaciones de internet también deberán de seguir esta nueva estrategia comunicativa de la marca.

Posicionar y vender para reposicionar la marca

Es muy habitual que en los procesos de reposicionamiento de marca se dude acerca del objetivo primario: ¿Reposicionar la marca o vender nuestros productos y/o servicios? La respuesta es simple: ambas. Para lograr este doble objetivo es muy importante contar con una buena ejecución creativa, que nos permita llegar a las dos metas a la vez.

En este sentido, resulta imprescindible  destacar que la dirección creativa debería estar en manos de la agencia o el departamento responsable, no de los directivos de la empresa, aunque estos tendrán que trabajar por la adhesión a la marca.

Reposicionamiento de marca a medio y largo plazo

Tenemos que ser muy conscientes de que para reposicionar una marca se exige mucha continuidad. Plantear por ejemplo unas campañas durante 2 o 3 meses y desaparecer el resto del año es un error. Lo suyo sería tratar de estar presentes tanto tiempo como sea posible.

Para lograrlo, es aconsejable elaborar un plan de medios, así como calendarizar los medios, diseñar una estrategia de marketing con un reparto equitativo de los esfuerzos en el mercado y promoción y, lo más importante, asegurar la difusión de la marca a través de nuestros productos o servicios y campañas los 12 meses del año.

Aprovecha los huecos existentes: ¡así sí que se puede reposicionar una marca!

Una última estrategia a tener en cuenta y que resulta muy interesante a la hora de reposicionar una marca es aprovechar los espacios que dejen nuestros competidores. Todo esto nos permitirá conectar mejor con nuestro público objetivo y evitar caer en el olvido una y otra vez. Asociar la marca a iconos o nuevos conceptos hará que la gente pueda identificar mejor nuestra enseña como algo relevante. Si además aprovechamos estos huecos, habremos encontrado el factor diferencial que caracterizará la nueva imagen de marca.

No olvides nunca que el reposicionamiento de marca no puede quedarse solo en lo superficial. Además de cambiar el logotipo y/o los colores corporativos, se deben de actualizar las ventajas competitivas y el factor diferencial que ofrece a los usuarios. Para ello resulta imprescindible poder minimizar al máximo la brecha que siempre hay entre nuestras expectativas o previsiones y el posicionamiento real que pueda tener la marca.

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