BMW omniverso

Un paso más allá del metaverso: uso del omniverso para optimizar las decisiones empresariales y públicas

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El entorno es volátil, incierto, complejo y ambiguo. Igual que el cliente.

Jeff Bezos

Es de todos conocido que nos movemos en un entorno incierto en el que no solo influyen nuestra relación con los clientes a través del marketing, sino también nuestra provisión y fabricación de los bienes o servicios que ofrecemos a través de nuestras distintas soluciones.

Después del COVID-19 y su impacto en la economía mundial, la subida de los costes de transporte y la pérdida de poder adquisitivo y subida generalizada de precios a través de la inflación, es necesario que cada vez más las empresas se adapten a esta nueva realidad a través de la optimización de costes y maximización de recursos.

Pero, esta tarea no es nada sencilla en un entorno frenético donde rápidamente nos podemos quedar obsoletos ya sea en la solución que ofrecemos o bien en cómo la producimos. Tanto el mercado como los clientes son los soberanos de la demanda, aquella a la que nos dedicamos a satisfacer necesidad y es por ello por lo que deberemos estar continuamente haciendo pruebas, cambiando, innovando para poder diferenciarnos y conseguir la estabilidad y perpetuidad de nuestro negocio.

Hoy veremos como optimizar recursos y decisiones para empresas y gobiernos gracias al nuevo «metaverso«.

Pruebas, la clave del éxito

Desde los primeros humanos pasando por guerras hasta llegar a los distintos productos e ideas fallidas antes de una innovación que cambió el mundo, el denominador común son las innumerables pruebas e iteraciones que se realizan hasta llegar a una solución final.

Edison, como se ha mostrado y caricaturado en muchas series y películas, disponía en su «cuarto de invenciones» de una tabla en la que iba viendo cuantas veces había fracasado y cómo iba viendo que sus últimos inventos estaban mucho más depurados porque le habían ayudado a aprender.

Todos conocemos las noticias sobre pruebas militares en altas profundidades de los océanos y partes alejadas del mundo, en que Amazon iba a ser una librería, la penicilina, la Coca-Cola… Todas estas innovaciones surgieron a través de pruebas, de pequeñas (o grandes) iteraciones y de tener bajo control todas las variables posibles que pueden influir en el éxito de nuestra solución.

Omniverso, más allá del metaverso

No hemos terminado de definir qué es el metaverso ni a ver aplicaciones reales 100% prácticas e implementadas y ya estamos introduciendo un nuevo concepto, el omniverso. Y sí, la tecnología y el mundo avanza tan rápida que muchas veces las innovaciones surgen seguidas y muchas veces superponiéndose temporalmente unas a otras. Un ejemplo claro de esta situación es el 5G, que surgió al poco de empezar a utilizarse el 4G y que convivió con el, y sigue, mucho tiempo.

Lo mismo ocurre con la dupla omniverso y metaverso, están destinadas a convivir pero, es importante remarcar, que no a competir, ya que deberemos aprovechar cada una de los nuevos paradigmas teniendo en cuenta el objetivo que queremos conseguir, qué medios tenemos y la razón de ser de nuestra acción.

El omniverso elabora por la colaboración en cuanto al desarrollo del mismo. Igual que el metaverso está pensado más como ocio y entorno, podríamos «definir» el omniverso como todo ese entorno colaborativo deslocalizado que permite crear una copia exacta, o lo máximo posible, de cualquier situación que queramos de manera digital.

El claro creador y dinamizador de esta nueva tecnología es uno de las grandes compañías que más están innovando en cuanto espacios digitales: NVIDIA. En cuanto a optimizar recursos y decisiones para empresas y gobiernos gracias al nuevo «metaverso» lo que nos encontramos es la plataforma NVIDIA OMNIVERSE.

Esta plataforma aboga por la creación enfocada en el diseño de entorno idénticos a situaciones reales para realizar pruebas en cuanto a procesos de fabricación, probabilidad de incendios en zonas concretas a través de una serie de variables y muchas más aplicaciones que hasta ahora están basadas en estimaciones subjetivas o modelos estadísticos complejos. Pero no llegan al último paso de la validación de la hipótesis, la prueba en un entorno igual a la situación real que se quiere anticipar con las mismas variables y que ya gracias a esta herramienta podemos replicar.

Aplicaciones y casos de éxito

Una vez visto el entorno en el que nos movemos, qué dificultades nos encontramos y como se han estado solucionando hasta ahora, es hora de hablar de cómo podemos aprovechar al máximo esta nueva tecnología. Gobiernos, empresas, ONG, cualquiera que tenga acceso a dicha herramienta va a ser capaz de validar sus hipótesis en un entorno muy fiable en cuanto al que se quiere «enfrentar».

Gracias a esta tecnología todos los grupos de interés van a ser capaces de probar nuevas tecnologías, metodologías o productos antes de su lanzamiento para estudiar su éxito, su optimización de recursos o su maximización de la productividad. Con un entorno que nos permite adelantarnos a situaciones futuras y validar nuestras hipótesis podemos ahorrar en recursos y tiempo trayendo empresas, gobiernos y resto de grupos de interés implicados mucho más eficientes y con menor margen de error.

No hemos ni terminado de introducir el término ni conocerlo pero ya estamos haciendo mención a casos de éxito y la realidad es así. Debemos acostumbrarnos a ver cómo otras empresas ya han dominado y aprovechado una nueva tecnología de la cual no sabemos ni la punta de iceberg, por ello es tan importante la renovación constante de conocimientos y saber aprovechar el «momentum» de toda nueva innovación.

BMW ha conseguido reducir en torno a un 30% sus costes de fabricación gracias a la utilización de la plataforma de NVIDIA para poder probar nuevos procesos productivos, metodologías y reasignación de recursos. Así, la marca automovilística ya se ha diferenciado frente a sus competidores y ha conseguido optimizar y maximizar sus recursos, seremos espectadores de lujo del posible crecimiento de la marca. Ahora es el momento de cada uno de aprovechar el «momentum» y aprender de BMW, de NVIDIA y de la innovación constante que muchas veces nos abruma, pero debemos poner de nuestro lado.

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