ética aplicada en marketing 5.0

Por qué la ética aplicada es clave en el marketing 5.0

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El concepto del Marketing 5.0 que acuña Philips Kotler no es otra cosa que la evolución del marketing 4.0 y anteriormente 3.0 desarrollado igualmente por este mismo autor. La base de la idea está en cómo acercar los sistemas de marketing digital a los comportamientos humanos y tiene claramente una fundamentación teórica y según que empresas prácticas, en la predicción de nuestras formas de actuar, no basado en el cómo conseguir que tengamos algo, sino en que disfrutemos de algo.

Una vez más el marketing digital centra la evolución en lo que ha sido la propia evolución del marketing analógico. La evolución de la venta digital está muy basada en la consecución de un producto y no de la experiencia del cliente y se acerca exponencialmente a la búsqueda de la experiencia y no la pertenencia. La dificultad está claramente en cómo trabajar de forma online esta circunstancia y el término del marketing 5.0 lo intenta explicar y desarrollar, y aún estando en pañales todavía, tiene un gran recorrido con fundamentos y herramientas para ello.

Pero es en esta situación donde el marketing 5.0 debe ser ya consciente de los límites emocionales, límites que ni el 4.0 ni el 3.0 han tenido en cuenta. La ética aplicada a este tipo de marketing debe ser fundamental y fundamentada por las formas de relación con los clientes. La relación comercial con los clientes ha ido perdiendo toda fuerza ética, si es que la había anteriormente.

Y es que la base de la consecución de los objetivos de las empresas hace que la relación humana y el fundamento social de esa relación, se haya perdido en un alto porcentaje. Es quizás dentro de las distintas formas de enfocar la estrategia de marketing de nuestras empresas, el cómo generar una relación digital emocional a la par que ética y es este unos de los mayores retos del marketing en los tiempos que corren y en los próximos años sin duda alguna. Donaldson en 1983 lo apoya en su estudio de la ética aplicada al marketing en el contrato social de Rousseau y aún siendo un escrito dirigido al marketing analógico tiene unos fundamentos permitibles y necesarios para el marketing digital.

La gran dificultad del Marketing 5.0 está en que el acercamiento y desarrollo comercial y de marketing a los consumidores está basado en cómo debe interactuar la relación de la herramienta digital con el consumidor en sí y la experiencia que éste mantiene con la herramienta y no con las personas. ¿Debe tener una herramienta digital principios éticos? Y si es así, ¿cómo podemos desarrollarlos en la herramienta de forma manifestable y coherente?

Esta dificultad es la gran cuestión al que se enfrenta los departamentos de marketing y desarrollo de ventas de las empresas en estos próximos años. No todo vale, y no todo vale por varias razones, pero hay una que creo que los más radicales del marketing dirigidos a la venta deben tener en cuenta, y es que auguro es el propio marketing generado desde la ética el que va a dar mayores y mejores resultados para con nuestros clientes. Será más sostenible, generará más marca, generará más confianza y por ende retención de clientes y fidelización de estos.

Pero ese marketing del que hablamos no se queda en una responsabilidad social sino que va más allá  y la acercamos a la moralidad, la distinción que hace Adela Cortina entre responsabilidad social y moral es exquisita y muy necesaria ante el reto que se les viene a las empresas , es por ello  que el desarrollo de las herramientas digitales para conseguir esa fórmula es sumamente complicado, porque las herramientas y los procesos deben permitir ser éticos pero no es así, no están diseñadas y ni se las espera estar diseñadas para ello.

Puede haber personas que tengan claro esa forma de trabajar, pero si las máquinas sustituyen paulatinamente a la persona en la decisión de qué y cómo vender a los consumidores tenemos un punto de inflexión brutal comparable con el “trabajo de Sísifo”. Por tanto, la problemática no está sólo en el departamento de marketing en sí, sino en quién diseña las herramientas digitales para conseguir la relación con el consumidor.

Las empresas deben ser muy conscientes de que esa problemática ahora es sin duda alguna una de las principales oportunidades de estas, ser éticos en el marketing digital será la gran diferenciación, los consumidores decidirán sus compras y su relación con las empresas en la medida que éstas sean más o menos éticas con ellos.

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